No se cuando ni cuanto me enamoré de ti, porque no hay metros ni litros cúbicos que sirvan para expresar lo que sientes, solamente sé que lo hice y que no me arrepiento. Quererte me lleva más al dolor que a la felicidad, en parte es porque no sabes que te quiero y quizás porque no me enamoré de ti, sino de la persona que creía que eras, puede que me lleve también al dolor saber que tu amor no es correspondido y que cuando creía que lo era, tan solo te intentabas aprovechar de mi, aprovecharte de la misma manera que te estás aprovechando de ella, una niñita indefensa con un corazón de oro que sólo palpita felicidad y alegría a los que están a su alrededor. Puede que lo hagas de forma inconsciente, o tal vez intentes engañar a la gente, engañarte a ti mismo, pero fingiendo ser una persona que no eres, diciendo y haciendo cosas que no sientes, solo te haces daño a ti mismo, supongo que también lo harás porque crees que haces daño a la gente, que al no sentir lo mismo mutuamente sufrirán por ti, pero no es así, la gente, tarde o temprano acaban conociéndote tal y como eres y se dan cuenta de tus intenciones, sólo te falta conocerte a ti mismo. Mentiría diciéndote que ya no te quiero, pero no me puedo arrepentir por amar a una persona, los que son amados no pueden ser destruidos porque amor significa inmortalidad. Tú eres inmortal.
Inmortal no por ser cómo eres, si no por mostrarte de una manera diferente, una manera que enamora y que es encantadora. El verbo amar sólo se conjuga en pasado, y yo no te amé a ti, amé a la persona que creía que eras y ahí se encuentra reunido todo el dolor que siento que se resiste a abandonar mi cuerpo, se resiste a dejar de quererte porque todavía no te he conocido de verdad.
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