martes, 27 de agosto de 2013

Diario 27-08-2013

Hola :) Bueno como dijimos en su momento, con nuestra reaparición en el blog hemos incluido nuevos apartados y éste es uno de ellos. Con lo de "diario" no queremos decir que vaya a ser todos los días, simplemente variará un poco a los relatos normales y escribiremos anécdotas o cosas interesantes que nos hayan pasado. Y para inaugurarlo me gustaría contaros algo que me pasó ayer, nada bueno pero que al final quedó en un pequeño susto. 

Ayer, después de ir a correr por la tarde con Andrea, llegué a casa y me di una ducha. Cuando salí vi como mi madre y mi hermano estaban buscando a mi gato sin parar, habitación por habitación, en las terrazas, los armarios...y nada, no aparecía. Inquietos temiéndonos que le hubiera pasado algo, como caerse o escaparse, mi hermano y yo decidimos ir a buscarlo. Lo primero que nos preguntamos fue ¿Por dónde empezamos? Pues el gato podía estar en cualquier parte, tanto en la comunidad como fuera en la calle. Tomamos la decisión de ir buscando piso por piso, quizá se encontraba por las escaleras o en el ascensor, pues no es la primera vez que intentaba meterse para curiosear. Después de recorrernos todos los pisos, mirar en rellanos y escaleras, nos dimos cuenta de que el gato tampoco estaba ahí. Mi hermano, histérico ya poniéndose en lo peor, dijo que en la calle era imposible que estuviera (si somos realistas, tenía razón, es un poco difícil que coja, baje hasta abajo y consiga salir por la puerta) pero no perdíamos nada saliendo afuera a buscarlo. Plazas, jardines, calles... nada, ni rastro de él. Tampoco nadie había visto un gato, así que descartamos la posibilidad de que estuviera por ahí. Finalmente, decidimos bajar al garaje y... ahí estaba...arrinconado, muerto de miedo. En cuanto nos vio, empezó a maullar y enseguida lo cogimos y nos lo llevamos a casa. 

Si pensáis detenidamente, el gato no baja sólo al garaje... Estaba claro que alguien había llamado al ascensor en el garaje y se encontró al gato dentro. Por desgracia, no sabemos qué pasó en ese momento, si el gato salió corriendo, si le pegaron alguna patada o le asustaron, a saber... Desde luego, el queridísimo vecino que se lo encontró, no se molestó en llamarnos o poner un cartel o algo. Puedo entender que mucha gente odia los gatos o no son de su agrado (a mí misma no me gustaban hasta que cogimos a Nilo) pero está claro que si te encuentras a un gato en el ascensor, callejero no es... 

Y aquí el final de esta interesante anécdota, sé que muchos pasaréis completamente, pero no pierdo nada por contarlo ¿no? Además, estoy segura de que hay gente a la que sí le interesa :)

(Antes de irme os dejo aquí una foto de mi gato para que lo veáis. Ahora está diferente, esta foto es de cuando era más pequeñito, pero para que os hagáis una idea...  Voilà!)


Maaaaañana más pequeños. Beesooos

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