En muchas ocasiones hemos hecho pequeñas guerras con personas, y al final uno de los dos saca la bandera blanca, y lo sabemos perdonar porque siempre sufren los dos y piensas que, el daño que te han hecho a ti, lo has hecho tú también, por eso casi siempre se consigue la paz. He llegado a la conclusión que hay que conocer al enemigo porque puede llegar a ser tu amigo, excepto en algunas ocasiones, que el enemigo después de sacar la bandera, te dispara otra vez, pero en vez de hacerte daño, te vuelves más fuerte y seguro, te unes más con tus compañeros y el más perjudicado acaba siendo el mismo. Sólo se qué hay guerras que por mucho que se intente, nunca se acaban y ojala no hubiesen empezado.
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